- Tu blog ha despertado muchísimos comentarios. Es genial
- Gracias... Pero de verdad, solo son pequeñas cagadas. Yo... hablo de cosas que, me molestan y... me desahogo. Las escribo.
- ¿Cual es tu última obsesión?
- El que la gente parece ser cada día más tonta, si. Disponemos de una tecnología asombrosa y los ordenadores se han convertido en unas máquinas para pajilleros. Se suponía que Internet nos haría libres, pero, lo único que nos ha procurado es la candidatura fallida de Howard Dean y el acceso las 24 horas a la pornografía infantil. Además, la gente ya no escribe: bloggea. En lugar de hablar chatean. Sin puntuación, sin gramática... "G-n-l" por aquí, "J-d-t"... Es como, si solo hubiera un puñado de gente estúpida pseudocomunicándose con otro puñado de gente estúpida en un protolenguaje que recuerda más al que usaban los cavernícolas.
- Si pero aún así eres parte del problema. Estás bloggeando con los mejores.
- ... De ahí mi autoaversión... ¿lo coges?
viernes, 27 de marzo de 2009
miércoles, 25 de marzo de 2009
Otra muestra más de que la clave no está en Internet
Si se plantea que el futuro del periodismo se encuentra en la divina globalización es porque muchos teóricos y doctrinarios defienden que la pluralidad y la ya no jerarquización de la información incurren necesariamente en el camino hacia la verdad.
Blogs que dan seña de ser el futuro y de llevar la impronta del nuevo periodismo, al defender su empecinada cruzada de que Internet se ha presentado ante nosotros como redentor de todos los males, no deberían incurrir en el ya más que gastado argumento de que los diarios siempre se han dejado llevar por intereses, escogiendo solo la información que se ajuste a estos. Sin embargo, el blog 233grados, como pieza endeble de la red que en pocos años se ha hecho sólida, ha cometido este fallo, y Juan Cruz, periodista y cofundador del diario El País, ha sido su resbalón. Arremetiendo contra él por una supuesta crítica reiterada de este contra Internet, han dejado que en una entrada del blog se lean cosas como “El periodista de El País ha dicho recientemente cosas como que “Internet ha abierto un lodazal que nadie controla y que sería conveniente, para que no contaminara del todo el periodismo, que se controlara”, tildándolo como “uno de los más consecuentes” en España contra el periodismo en red.
Esto, sin embargo, contrasta con la versión del citado periodista, que deja claro en su propio blog que nunca ha desprestigiado Internet como herramienta util (“No estoy contra Internet. En concreto, utilizo Internet desde que nació; en una ocasión, el periódico EL PAÍS, conocedor de mi adicción a esta tecnología, y a otras ligadas al teléfono, me propuso un reportaje sobre lo que sentía un adicto como yo sin los artilugios que se inventaron después de Internet, por ejemplo, el correo electrónico. Estuve una semana ´desconectado`, me sentí como un convaleciente de una enfermedad infantil, y luego escribí el reportaje, que debe estar perdido en las hemerotecas del ciberespacio”). Afirma también Juan Cruz, que en la publicación hecha por 233grados, no se hizo una extracción objetiva de la información (“recogían de mis preguntas y de las respuestas aquella que viniera bien a su conclusión”).
Pese a todo, estos medios digitales seguirán en su línea de defender la auténtica veracidad y objetividad periodística en el nuevo ámbito de Internet, aunque con cosas como estas, quizá sea mejor que se replanteasen que si se va a escribir lo mismo, defiendan Internet como el nuevo sustento económico, y no como la gran liberalización de la información.
viernes, 20 de marzo de 2009
Ayer no había Internet
Dicen, desde que uno es un infante que comienza a educarse, que siempre hay que hacerle caso a los grandes, y más si estos son mayores, puesto que los mayores llevan la experiencia en los bolsillos.
Los grandes mayores, las viejas glorias, los sabios canosos, siempre tienen algo que aportar, y seguro que si lo tienen, es porque en un pasado aportaron mucho. El periodismo está lleno de viejas glorias, de pelos ralos y caras arrugadas, que alguna vez fueron protagonistas de las más avanzadas vanguardias.
¿Qué piensan los viejos periodistas, de lo que ahora se considera acto de informar?
Algunso afirman que realmente lo que se les pasa por la cabeza es miedo, miedo a como cada vez más rápido la forma de la lectura cambia, de como llega la información a los lectores, de la masificación de la información. Eso sin contar las apuñaladas a sangre fría que sufre el lenguaje.
Pero no solo eso lo que se cuece en el caldero. Hay quien todavía se para a plantearse algo que con relativa facilidad se pasa por algo: Internet es un mundo anónimo ("El anonimato encubre una cierta infamia, encubre a veces sentimientos deleznables. Esto no es el periodismo, por supuesto; es una perversión del periodismo", Tomás Eloy Martínez, periodista y escritor argentino).
Sería entrar en otro terreno, pero ya que muy poco queda de aquellas épocas doradas en las que jóvenes de diecisiete años comenzaban aventureros una laboriosa trayectoria periodística en salas de redacción por todo el mundo, aprendiendo el oficio de la veteranía de otros, nutriéndose de las conversaciones y los debates aquí y allá, devorando avidamente las páginas amarillentas de los libros, quizás debamos cuidar un poco lo que tenemos en nuestras manos. Las universidades exportan decenas y decenas de "profesionales" periodistas año tras año, con un título bajo el brazo, con un mundo amplio por delante, y el momento en el que de verdad, van a aprender. Pero Internet lo devora todo. Los hace esclavos, y poco a poco, con un afán insaciable, querrá que se los prepare, unica y explícitamente para ella (por favor, parémonos un momento y miremos a nuestro alrededor).
¿Es de verdad Internet la nueva plataforma del periodismo? ¿Es el futuro de carácter digital? Y si lo fuera, ¿realmente sería necesario? Los tiempos cambian, pero desde hace milenios, el papel ha sido y debería ser, aquél espacio material del mundo donde el periodista firme, donde el periodista deje un poco de esencia, y donde viva y habite, la verdadera información.
Fuentes: http://www.elpais.com/articulo/reportajes/anonimato/digital/potencia/periodismo/amarillo/elpepusocdmg/20090208elpdmgrep_3/Tes
lunes, 16 de marzo de 2009
Mi identidad (otra de tantas)
Bienvenidos, a otro de esos lugares con todo el pequeño espacio del mundo. Bienvenidos, o bienmarchados, todo es posible aquí, o donde sea.
Imaginad que en Californiqueicion, está todo aquello que queréis. Imaginad que no está, mejor. Así si lo encontráis os llevaréis una sorpresa aún más grande.
En Californiqueicion encontraréis algo de mi. Pero no Vans clásicas y negras, ni pelos alborotados. No veréis más que el reflejo del reflejo.
Estudiante, fumador, deportista, mercenario, presidente, miliciano, revolucionario, cinéfilo, surfero. Y yo que sé ni cuantas cosas más. Elegidme la que queráis.
La mirada, verde. La altura, suficiente. El peso, por rachas y estancias. Las preferencias, justas. La voz, que suene. Así, las definiciones no son tan precisas ni dictatoriales, dan más pie a la imaginación, que parece que la pobre ya no tiene con quien jugar.
Sinceramente, vease que sustituiría el teclado por una pluma, la pantalla por una Moleskine, y el aula de informática tan ruidosa y fría, por el calor de una bohemiada cafeínica parisina. Quizás Internet sea la clave de su propia destrucción. De momento, aquí estoy, aquí estamos, y aquí estáis. Quien quiera, que me siga en mi personal cruzada sin objetivo. Desde la "Charlie the Third", se inicia la cuestión. ¿Blogs en Internet, o coloquios en la calle?
Paz.
Imaginad que en Californiqueicion, está todo aquello que queréis. Imaginad que no está, mejor. Así si lo encontráis os llevaréis una sorpresa aún más grande.
En Californiqueicion encontraréis algo de mi. Pero no Vans clásicas y negras, ni pelos alborotados. No veréis más que el reflejo del reflejo.
Estudiante, fumador, deportista, mercenario, presidente, miliciano, revolucionario, cinéfilo, surfero. Y yo que sé ni cuantas cosas más. Elegidme la que queráis.
La mirada, verde. La altura, suficiente. El peso, por rachas y estancias. Las preferencias, justas. La voz, que suene. Así, las definiciones no son tan precisas ni dictatoriales, dan más pie a la imaginación, que parece que la pobre ya no tiene con quien jugar.
Sinceramente, vease que sustituiría el teclado por una pluma, la pantalla por una Moleskine, y el aula de informática tan ruidosa y fría, por el calor de una bohemiada cafeínica parisina. Quizás Internet sea la clave de su propia destrucción. De momento, aquí estoy, aquí estamos, y aquí estáis. Quien quiera, que me siga en mi personal cruzada sin objetivo. Desde la "Charlie the Third", se inicia la cuestión. ¿Blogs en Internet, o coloquios en la calle?
Paz.
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